PARQUE VENECIA
La inmobiliaria no aclara
dónde se instalará el páramo
-no se crea ni destruye,
solamente se desplaza-,
si estaremos a salvo los tres años
que dura la construcción,
qué se hace con él si antes
de mudarnos nos alcanza.
Esta tarde nos entregan las llaves de nuestro piso; finalmente, el páramo del que habla este poema, escrito hace más de dos años, no nos alcanzó. Ni siquiera se vislumbra desde la terraza. Ya tenemos preparados el vinagre y la sal, y las ganas de enseñarlo. Enhorabuena a los premiados.
Enhorabuena a los premiados!!
ResponderEliminarGracias, Miguelón!!
ResponderEliminarLa casa (y la biblioteca que albergará) te esperan.
Un abrazo