EL VERANO
Hay que hacer un
poema,
se echa encima
el verano.
Un poema que
mezcle
las grietas del
asfalto,
los secos
puñetazos de la tierra
que trata de
salir del ataúd,
los pasos de la
gente
fabricada
demasiado deprisa
para existir en
horas de trabajo
ociosa por las
calles
-la mirada
perdida,
visibles las
puntadas-,
con el olor a
flores de aligustre,
olor que arroja
niños circunspectos
camino a su
primer recado solos,
por culpa del
buen tiempo,
en ciudades sin mar.
en ciudades sin mar.
Un poema (este) viene a ser como Un soplo de cierzo en plena canícula
ResponderEliminarUn poema (este) viene a ser como Un soplo de cierzo en plena canícula
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio; feliz verano!
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