LAR es mi nuevo poemario, recién aparecido en la hermosa y cuidada colección La Gruta de las Palabras, de las PUZ; otra vez. Por eso, en primer lugar, tengo que dar las gracias a Fernando Sanmartín, como director de la colección, y a todo el equipo de la editorial por confiar de nuevo en un puñado de poemas míos. Gracias, de veras, por acogerme por tercera vez.
En segundo lugar, debería aprovechar este espacio para vender el libro, pero eso es muy difícil con un poemario. Aunque en este caso, los antecedentes directos son los que más ayudan. El libro supone la continuación natural de los dos poemarios anteriores editados en esta misma colección, Que caiga el favorito y Por merecer el día. Quien se haya interesado por ellos o los haya leído, sabe lo que va a encontrar.
Alguien me dijo una vez, a raíz de los dos libros mencionados, que en ellos hacía del amor una teoría del conocimiento. Quizá influido por aquello, este libro está organizado en tres bloques a la manera en la que organizaban sus sistemas las filosofías helenísticas, posteriores a Platón y Aristóteles, que estaban más preocupadas por aprender a vivir que por explicarse las causas últimas de las cosas. Creo que lo más significativo del poemario a este respecto es el bloque central de cuatro poemas bajo el epígrafe de "Ética".
El título de LAR remite a varias de las acepciones del término. Por un lado, al doble sentido de hogar, como lugar de la lumbre en la casa (en la cocina) y como casa propia; y por otro al de las divinidades de la mitología clásica que cuidaban del hogar, "divinidad" que, en este caso, es ella, la amada.
El primer poema, "Diario", ya da idea de que el tema central es la vida cotidiana de los dos amantes en su nuevo lugar en el mundo: su nuevo hogar, que deben ir construyendo poco a poco. Toda la noche oyeron pasar pájaros (anotación de los diarios de Colón la noche antes de divisar tierra) remite a la idea de haber llegado a un lugar de destino, en el que a su vez empieza una aventura. En esta aventura sigue presente lo que no se termina de dejar atrás y que todavía acompaña (poemas como "Música clásica", "Alamedas", "Solo de boda"...).
Quedan invitados a entrar. Bienvenidos a LAR.
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