EL AEROPUERTO
Caben
ciudades en los aeropuertos,
burgos
detrás de vallas con espinas;
hay
castillos y jaulas para halcones,
bomberos,
campesinos y soldados,
funcionarios
de aduanas
con
ojos de botón, manos de trapo.
Vive
allí gente grave,
gente
a la que le gusta
que
los suelos crujan bajo sus pies
y
las palabras sirvan para algo.
Solo
conservan del mundo real
las
palmeras, que son fuegos artificiales,
instantáneos
xilema y floema
nada
más detonar,
en sus dominios abatidos.