jueves, 4 de septiembre de 2014

ANDAR (IV)




COMO UN CAMPO DE ESPIGAS

Es viernes por la tarde,
hay hoy en la ciudad dos recitales
de poesía, tres presentaciones
de libros, un encuentro spoken word,
seis conciertos de música,
varias exposiciones, cinco obras de teatro
y unas treinta películas.

Y todos intentando
explicar, si pudieran capturar,
tener entre las manos y acercarla a los ojos,
esta lluvia inclinada
que se mueve como un campo de espigas,
que todo –las paradas de autobús,
las rejas, los tacones, la sed, el hormigueo,
la línea de la suerte-
lo vuelve más presente, más ensueño,
más sólido, más cruel, más luminoso,
más hecho de misterio, más sagrado;
y siempre ha sido así,

distinto a como era hace unas horas,
parecido a los próximos recuentos.


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