viernes, 10 de agosto de 2012

MÁS RESACA...

Me avisa Patxi Irurzun que ha colgado un nuevo poema de El mar en el buzón en su blog Hankover. Aquí está el link:


Ya han colgado dos y sé que quieren colgar alguno más, pues les han gustado los poemas de mi tercer libro. Me alegro tanto...

Me gusta especialmente que este poema navegue y atraque en blogs. Le tengo mucho cariño, me trajo de cabeza muchas veces, muchos ratos, porque habla de cine, y eso son palabras mayores. Habla de amores de cine en películas que no tienen por qué ser de amor, si es que hay alguna película que, en el fondo, no lo sea: habla de la poli embarazada de Fargo, habla del triángulo carnicero-tuerta-maleante de La buena estrella, habla del primer enamoramiento y de varias escenas concretas de Cinema Paradiso, habla de la sagrada familia de saltimbanquis de El séptimo sello y habla, al final, del final de Eduardo Manostijeras.

Seguramente si ahora volviera a escribir este poema, las referencias, las películas, serían otras; pero estas que ya están siempre serán. 

Qué pocas cosas tienen tanta potencia, dan tanta fuerza, representan la magia, el ánimo, como una pantalla grande de cine en una sala apagada. Qué pocas cosas ordenan tanto la vida como el ritual previo a ir al cine, qué pocas cosas enseñan tanto lo que uno quiere ser como el recuerdo de lo visto varias horas después. 


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